miércoles, 8 de octubre de 2014

Durmiendo con el enemigo


Durmiendo con el Papienemigo.

Nadie podrá negar lo difícil que resulta en estos tiempos encontrar   entre todos los millones de seres humanos que habitamos este planeta a una persona con la cual podamos congeniar  ya no digo al 100%,   congeniar en un porcentaje por lo menos aceptable ,  una persona que consiente o inconscientemente  te acepte  en combo,o sea incluyendo regalitos  que van desde los  síntomas premenstruales,  berrinches domingueros, y que encima aguante estoicamente  tu malhumor cada mañana, si, si ya de por si es difícil eso, mas difícil es aun convertir a esa persona  a la vez en padre de los  mismos hijos, propietario del mismo bien con opinión distinta,  pero con la misma  facultad de voto y veto.
       
Sabemos que durante el embarazo, se  nos faculta  de manera tacita a las mujeres para hacer y deshacer a nuestro antojo,  sin embargo  es muy común  que la mayoría de las mujeres  prolonguemos esa  costumbre mas allá de los nueve meses, puesto que en casi todas las legislaciones mundiales ,  portar un lechón de 3 kilos alojado entre sus órganos vitales le otorga a ella capacidad para decidir sobre la propiedad del control de la televisión , la hora de la madrugada a la que es decente comer sushi,  escoger el hospital en donde se llevara a cabo el alumbramiento  y  por supuesto, el nombre que deberá de llevar nuestro  primogénito. Sin embargo con la llegada del primer  mini ser   muchas cosas comienzan a cambiar, y no solo me refiero  al tipo de pijamas que invaden tu closet, no pues una vez que el neonato  comience a ex bosar sus primeros “aullidos” en   la cuna  que colinda con   tu cama,  el padre  sentirá la necesidad de actuar,  y se verá tentado a opinar. ¡Y en voz alta! si señor.

“Ahora te toca  a ti darle el biberón”
Si, señoras es difícil lo se, pero mas difícil, es escuchar frases que provienen de los labios de el hombre de sus sueños como :

“así no se cargan los bebes” 

Créanme, eso puede  ser el inicio del fin y termino del contrato matrimonial, Sé de un matrimonio que nunca se puso de acuerdo sobre   quién sacaba a los niños de la  tina del baño  y  no han vuelto a dirigirse la palabra desde 1986  y los niños, bueno se sabe que  Los niños salieron del agua por su propio pie al cumplir los 6 años años,  claro  mas arrugaditos que Margarito, y un poco ofendidos por el descuido  de sus padres,  como no.

Si queridas amigas,  sabemos que rozar  el intrusismo profesional,  puede hacer que cualquier mujer recién parida,  y con complejo de madre gallina, se  erize  como gata y no precisamente bajo la lluvia,  así que lo  mas  común  en estos casos es   dar  por finalizada la charla con un :

“y tu que vas a enseñar, a mi que soy la madre”  (con voz orgullosa mientras se  pierde la mirada en el infinito y mas allá)  

A partir de entonces,  esposo y esposa  comenzarán a enfrentar posiciones en más de una ocasión,  por supuesto  las escasas horas de sueño no ayudan a pensar con claridad,  así que discutir sobre quién le cambió el pañal la última vez puede desatar en casa una oleada de improperios, palabras altisonantes,  bufidos  y platos voladores en la casa,  que ríete tú de los zafarranchos de nuestra cámara de diputados,  los pleitos nocturnos por ver quien a quien le toca levantarse a las 3:00 de la madrugada a darle la siguiente toma al bebe, son dignos de un programa doble  de  Laura en América. 

Asi pues Conforme en  infante crece,  crecen nuestras ambiciones por lograr hacer entender a la contraparte ( sin mucho existo claro esta)   y crecerán también las confrontaciones que van desde discutir sobre  que tipo de fruta echas al carrito del super,   por   cual golosinas han sido  antes aprobadas  por FDA  para ser consumidas por infantes, por los regalos de navidad, por quien revisará  las tareas escolares, porque in los recogerá del kinder,  por  que tal alto ó bajo debe de estar la calefacción, por el frío, por el calor, ¡ ay señoras cuántos divorcios no habrá provocado el cambio climático!

 Expertos en la materia  escriben libros nos instruyen, y nos instan a "vivir en armonía como pareja", dan platicas y conferencias sobre el arte  de dialogar en pareja, nos hablan de la importancia de vivir en paz , nos enseñan a trabajar como un equipo, pero ay señoras díganme si no,   es tan difícil a vecés, (bueno mas bien siempre) … Te casaste con el hombre  ideal, te gustaban sus andares, sus lunares y su forma de bailar, y sus pecas en la espalda, pero nadie te dijo nunca que  algún día querría  bautizar a su primer hijo con la camiseta de los  rayados, ni que soñara con  ponerle el nombre de  su bisabuelo,nadie  no nadie nos lo dijo señoras,  Eso sólo se sabe con el devenir de los años , Y de los partos tambien. 

Así  es esto pues, La pareja es un ser vivo, un ser que evoluciona ( unos mas que otros) un pozo lleno de sorpresas sin fin y en mi modesta opinión y a pesar  de que las evidencias muestren lo contrario,  creo que las confrontaciones paterno-maritales siempre son enriquecedoras, pues nos ofrecen una nueva visión de la vida, de las emociones y de la buena educación. Nos enseñan a controlar  tus “ya” “rápido” a gritar mas  tarde, a contar hasta mil… Te demuestran que no estás sola en esto, que compartes desvelos y responsabilidades,  y que no existen  las verdades absolutas,criterios únicos, ni ‘porquelomandoyos" que valgan, Las confrontaciones  no siempre se deben de evitar, puesto que nos enseñan a pactar, a ceder concediendo al otro el derecho a enorgullecerse por esto que estás haciendo aunque sea a medias......




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